¡Vaya posición en la que quedó el todavía militante del PRI, Jorge Gutiérrez Casas! Se desempeña como contralor municipal del gobierno de Morena que encabeza el presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar, y llego ahí por uno de esos acuerdos que por debajo del agua se cocinaron entre los grupos del partido que dirige en el estado el diputado federal Alex Domínguez.
En sus manos quedó radicada la denuncia que el dirigente del PAN, Ulises Pacheco, presentó por nepotismo en contra del alcalde por la contratación de su cuñado Ignacio Carmona Campirano, esposo de la hermana de Pérez Cuéllar, quien se desempeña como secretario privado del alcalde desde el 2021 y, al menos que se sepa, no se ha hecho oficial su renuncia.
La Contraloría no es un órgano autónomo, la designación de su titular depende directamente del presidente municipal, así que no se espera mucho de Gutiérrez Casas quien fue regidor en el Ayuntamiento 2021-2024 junto con la maestra Mireya Porras Armendáriz, que también dirigió al comité municipal del PRI y quedó reelecta como edil por un periodo más. Jorge también fue de los llamados diputetos que llegaron a legisladores gracias al finado exalcalde Teto Murguía a quien Pérez Cuéllar ataca en algunas ocasiones sin pudor frente a las narices de sus excolaboradores que ahora son meras chachas en su gobierno donde les dio acomodo.
Desde su posición edilicia, Jorge es recordado por brindar calor a Pérez Cuéllar, discutía en las sesiones de Cabildo, se posicionaba en contra de Morena y, al final del día, terminaba defendiendo al gobierno de Pérez Cuéllar, lo que obviamente le facilitó llegar a la Contraloría, donde radican las denuncias contra el alcalde y demás funcionarios, como el granuja de la Dirección de Comercio y las extorsiones que alcanzan niveles escandalosos, al punto de que obliga a los comerciantes a dar regalos para la campaña del Santa Bombero. Pero claro, obviamente todas las denuncias están en algún archivero con telarañas, a donde también irán a parar las que puso el PAN en contra del alcalde, guardando las formas legales y no brincando a la Contraloría municipal, que es mera figura decorativa en estos casos y hasta de tapadera sirve, como la Sindicatura actual.
Ulises guardó las formas y acudió a esa instancia donde la Dirección de Investigación admitió la denuncia bajo el expediente DI-390/25 el pasado 5 de noviembre y acordó investigar conforme a sus atribuciones los señalamientos que podrían ser faltas administrativas cometidas por el alcalde y su cuñado, quien aparentemente todavía recibe un salario mensual de 69 mil 895, más dos bonos: uno de 23 mil 311 y un apoyo de vehículo de 3 mil 647 pesos, lo que da un total de más de 97 mil pesos mensuales.
El líder panista ya sabe que el contralor por su pasado cercano a Cruz, está entre el deber y el volver a ponerse las rodilleras.
Para defender al alcalde, en la Contraloría ya se concina el argumento vertido por el alcalde en el sentido de que su cuñado Ignacio le fue heredado por el exalcalde Armando Cabada Alvídrez y no fue contratado por él. ¿Y cómo para qué querría una papa de esas, Cabada? Es un argumento que nadie cree en la alcaldía por carecer de veracidad, pero quizás le hayan sacado la firma al hombre cuyo grupo político, alguna vez acusó a los juarenses de salir en la noche a picar las calles y generar baches para hacerlo quedar mal. ¡Así las cosas!

