
Todo indica que el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, compadre y amigo de Andrés Manuel López Obrador, tiene sus días contados en esa dependencia, una de las mas corruptas de la Cuarta Transformación y claro, en el gobierno de Claudia Sheimbaum. Tiene los resultados más reprobables en un tema tan delicado como lo es el de derechos humanos. Quizás por eso la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, permitió se destapara la cloaca y saliera a la luz pública al menos una pequeña parte del drenaje que arrastra Garduño, con la información de transparencia que permitió conocer la viaticada que se atascó desde hace poco más de un año cuando 40 personas en situación de movilidad, murieron en la estación migratoria del puente internacional Lerdo que funcionaba como cárcel clandestina. En aquel entonces Garduño fue sometido a proceso penal por diversos delitos en el ejercicio de su función que derivaron en la tragedia. Protegido de López Obrador siguió en el cargo como si nada, pero obtuvo su libertad bajo fianza y desde entonces está obligado a acudir mensualmente a firmar al juzgado. Viaja cada mes de México a Ciudad Juárez; pero no lo hace con dinero de su bolsa. El muy listo programó supuestas reuniones de trabajo en la frontera para justificar el gasto en viáticos y cargarlo al erario público, pero su voracidad fue exagerada. De acuerdo con el reporte de El Universal, junto con su equipo de trabajo 39 millones 306 mil 792 de pesos cargados a erario en el concepto de Pasajes Aéreos Nacionales para Servidores Públicos de Mando en el Desempeño de Comisiones y Funciones Oficiales, durante el periodo 2023-2024. ¡Que vivo!. Nada que ver con la austeridad republicana y la honestidad que busca Sheimbaum. Menos con el no mentir, no robar y no traicionar. No cabe duda, Garduño se entregó a la corrupción y al año de Hidalgo y todavía le alcanza el de Carranza con Claudia.