
La sentencia ejemplar de 50 años que recibió un policía por la desaparición forzada de dos jóvenes en la ciudad de Chihuahua, recuerda que aún hay muchos pendientes por hacer para enderezar la justicia en México. Faltan más sentencias como esa, pero sobre todo, falta limpiar las corporaciones encargadas de brindar seguridad a la sociedad, que por mucho tiempo han tenido elementos que hacen lo contrario. Seducidos por el crimen organizado que los recluta y corrompe, sirven en sus filas portando el uniforme de policía. El caso más emblemático es el de Genaro García Luna que llegó a aliarse con el cártel de Sinaloa y poner a sus pies a toda la Policía Federal para combatir a los carteles de las drogas rivales. Su condena de 38 años de cárcel, fue un triunfo de la justicia de Estados Unidos y no la de México donde seguramente nunca hubiera pasado la cárcel. Pero sentó un precedente y los pocos casos de agentes llevados a la justicia por corromperse, deben ser una lección fuerte para mantener la disciplina en las filas de todas las corporaciones. En Chihuahua, hoy se dio un caso de sentencia ejemplar. En la conclusión de un Juicio Oral, la Unidad de Investigación de Desaparición Forzada de la Fiscalía Especializada en Investigación de Violaciones de Derechos Humanos, obtuvo una sentencia de 50 años de prisión en contra de un ex elemento municipal involucrado en la desaparición de dos jóvenes. La acusación presentada por el Ministerio Público, demostró que la noche del 27 de febrero del 2021, el policía, hoy expolicia sentenciado, Ricardo Samuel M. P., participó en la detención ilegal de los jóvenes A. I. G. B. y O. J. L. H., en hechos registrados al exterior de un local comercial de la colonia Sierra Azul. Junto a otros policías, subieron a los jóvenes a patrullas oficiales para luego trasladarlos a un lugar desconocido. No se volvió a saber nada de los jóvenes hasta que el 28 de marzo del mismo año, los equipos de búsqueda e investigación, ubicaron una fosa clandestina en el lugar conocido como Ejido Carrizalillo, en donde se encontraron los cuerpos sin vida de ambas víctimas. Cinco elementos cayeron por estos crímenes, pero después de un año, sólo Ricardo Samuel M. P. acudió voluntariamente a las instalaciones del C4 para entregarse a la autoridad ministerial, quizás buscando clemencia. Pero no la tuvo como no la tuvieron sus víctimas. Fue encontrado culpable del delito de desaparición forzada con penalidad agravada. Fue sentenciado a medio siglo de prisión. La Fiscalía a cargo de César Jauregui obtuvo una sentencia ejemplar y envió un mensaje muy claro para quienes deciden deshonrar el uniforme y traicionar a quienes deben brindar seguridad.