Nueve agentes de la Policía Municipal dieron positivo al uso de drogas y fueron cesados de la corporación. Son la nueva raya al tigre que ya parece cebra. Algo es algo, pero no suficiente para meter en orden a la corporación que en los últimos meses ha dado muestras de haber infiltrado al crimen organizado por casos como el del Moster, agente involucrado en la masacre de LeBarón y el del Delta 1, ejecutado junto con dos municipales que lo escoltaban y el de una agente que tenía casa de seguridad para la delincuencia en su vivienda.
Tampoco es suficiente frente a la enorme duda que cae sobre toda la corporación por no actuar contra la venta de droga en centros nocturnos cuyos baños fueron convertidos en tienditas y puntos de venta de cualquier sustancia prohibida. La duda es por igual para las otras corporaciones que tampoco actuan, hay que decirlo.
En este caso, son 9 elementos que no pudieron evadir los procesos de evaluación y control interno tan cuestionados por el caso del Moster que puso en duda hasta las pruebas que aplica la Fiscalía General del Estado. Son 9 elementos que usaban droga y que claro, la conseguían en los puntos donde se venden o ellos mismos las distribuyen, no se sabe y no se sabrá porque ninguna autoridad va a investigarlos. Se acostumbra nomas correrlos en estos casos, o defenderlos por parte del alcalde Cruz Pérez Cuéllar, si es alguna otra autoridad la que ejecuta alguna acción en su contra.
Por lo pronto, algo es algo, aunque la venta indiscriminada de droga llegue ya a lugares tan familiares como los baños de los restaurantes que venden alitas. Ojalá el alcalde acompañe un día de estos al famoso Pagano de antro para que conozca de primera mano la oferta de drogas que hay. Quizás ya lo sepa y se esté aplicando alguna estrategia similar a la que tiene en Regulación Comercial donde el director aplica cuotas a todo lo que se mueva y ya nomas le falta cobrarles a los cerillos de los Smart.

