
Ciudad Juárez, un territorio históricamente de migrantes cuyo núcleo hispano fue fundado por fray García de San Francisco en 1659 en territorios ya habitados por pueblos originarios entre los que sobresalen las etnias mansos, sumas y jumanos, contradictoriamente hoy presenta sesgos de xenofobia y racismo por parte de autoridades municipales y vecinos del suroriente de la ciudad que rechazaron y lograron la cancelación de un albergue para migrantes tan necesario para atender las oleadas de personas que llegan aspirando a cruzar a Estados Unidos en busca de una mejor vida. Este rechazo a los migrantes no es nuevo y se manifiesta desde la llegada cada vez mayor de oleadas de migrantes sudamericanos y centroamericanos que crecieron después de la pandemia y usaron hasta el tren de carga para llegar a la frontera. También fueron el blanco de los mismos carteles de las drogas que se apoderaron del tráfico de migrantes y los hicieron víctimas de trata y secuestro, actividades que les llegó a representar ingresos por 200 millones de dólares mensuales, según la misma Fiscalía General del Estado. Miles de migrantes encontraron empleo, aportaron a la ciudad mientras cruzaron al vecino país. Dejaron parte de su cultura en la ciudad. Otros tantos fueron víctimas de explotación laboral. Pero la gran mayoría fue víctima de delitos. Hoy lo son de la xenofobia, un rechazo que en más de 3 siglos no había estado presente en Ciudad Juárez dónde se construía un albergue para migrantes al suroriente de la ciudad. Bastaron un par de manifestaciones para que el alcalde Cruz Pérez Cuéllar, inmerso en una campaña electoral adelantada decidiera cancelar el proyecto. Quizás midió el costo político. El edil explicó que en el lugar, como forma de apoyo a las mujeres trabajadoras del sector suroriente de la ciudad en el cuidado de sus hijos, se contempla la construcción de un centro de atención infantil. “Se planea hacer el centro para las madres trabajadoras del lugar y se buscará otro espacio para reubicar a quienes se encuentran en el albergue Enrique “Kiki” Romero”, explicó. En lugar del albergue que se tenía contemplado para los migrantes en el suroriente, con apoyo del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia Nacional, se usarán esos recursos para una estancia infantil que beneficiará a quienes radican en esa zona. “No hay condiciones para hacerlo para migrantes, se buscará el mecanismo, ya que una de las ventajas que se tiene con el DIF Nacional es que ellos consideran migración interna y en Juárez hay gente de todo el país”, dijo. O sea le dará atole con el dedo a Claudia Sheimbaum como lo hace Francisco Garduño, que por cierto, fue quien le aceptó las ilegales redadas de la Policía Municipal que derivaron en la muerte de 40 migrantes en marzo del 2023 en una estación migratoria que funcionaba como cárcel clandestina