
Tuvo que venir Donald Trump a presionar a Claudia Sheinbaum para que las movilizaciones reales y no simuladas del Ejército y Guardia Nacional contra La Maña por parte del Gobierno de México, se dieran en todos los estados norteños particularmente Chihuahua donde para nadie es un secreto que desde más de una década, los amos y señores en regiones como el noroeste, son los capos del pueblo.
Desde Madera, pasando por Casas Grandes, hasta Palomas, por años La Maña ha demostrado su poder en público y en redes sociales desde que estás aparecieron en el mundo.
Fotos y videos de hombres fuertemente armados se exhibían y se exhiben en facebook, Instagram y Tik Tok, en Youtube con narcocorridos, siempre a la vista de todos. Todos los saben y los miraban, menos las guarniciones militares y por supuesto, de la Fiscalía General de la República cuyos agentes se han entretenido más extorsionando menonitas y cenando con los malandrines de cada rancho. (Aquí compartimos algunas de las gráficas).
Por eso el abatimiento ayer de dos sicarios y el aseguramiento de 60 armas largas en El Willy, el rancho ubicado en la zona turística de Casas Grandes donde encontraron más de 70 cadáveres en narcofosas, no asombra. Lo que es noticia es que hayan actuado. Claro, el efecto Trump tuvo que ver. Hay prisa por evitar que imponga aranceles a México.
Sin embargo, lo de ayer es nada más un pelo al gato. Las organizaciones delictivas en el noroeste tienen prácticamente grupos paramilitares que cuidan sus territorios. Difícil creer que en menos de un mes que es el plazo para dar resultados, ofrezcan alguno que en verdad desarticule el trasiego de drogas, armas y migrantes.






