El regidor Alejandro Acosta, bien apodado El Pañalito dos, coordinador de la comisión de Desarrollo Urbano, exhibió a la directora de Desarrollo Urbano, Claudia Morales, por supuestamente complicar los trámites para dictaminar la modificación de zonificación en el Plan de Desarrollo Urbano para permitir la construcción de la Torre Centinela y de la Plaza Comercial Culmen, en Senecu, cuyo trámite ante los ediles concluyó ayer con la aprobación de los respectivos dictámenes que serán votados en Cabildo; todavía no son aprobados por el Ayuntamiento.
El asunto es que las construcciones ya se encuentran avanzadas y, en el caso de la Torre Centinela, de 20 pisos, presenta casi un 80 por ciento de avance.
Es decir, primero se permitió construir y luego se vio lo de los trámites y permisos y, según El Pañalito, “hubo varios cambios, entregaban la documentación y luego se regresaba. Por eso el retraso”. Fue el brillante argumento que dio ayer y que fue consignado por un medio de comunicación.
Pero consultado el Sapo, que trabaja en Desarrollo Urbano, dijo que no hay que pecar de ingenuos y menos caer en el cinismo del regidor Acosta y de Claudia Morales. La Torre Centinela no tiene excusa. Se encuentra frente a las narices de ambos. Se construye nomás cruzando la calle José María Pino Suárez y a diario se tropiezan con el ir y venir de los trabajadores, camiones materialistas y el bullicio que generan. No se diga de la enorme grúa que se utiliza.
Pero claro, la pugna política que tiene el alcalde Cruz Pérez Cuéllar con el secretario de Seguridad Pública Estatal Gil Loya, a quien lo ve como rival de las transas de la Policía Municipal y de su hermano Alejandro Pérez Cuéllar, hace que los trámites no avancen. Y más si detiene municipales. Será. No lo creemos, pero es versión; le apostamos más a la inutilidad de Acosta y al burocratismo de Claudia Morales.
En el caso de la Plaza Comercial Culmen, a la vista de todos cuando se circula por la Gómez Moría, que no sea un pequeño negocio porque Claudia Morales se lo come vivo. Le manda hasta dos veces los inspectores a clausurar. Pero en estos casos son públicas y no son pocas las denuncias por moches que se han vertido al calor político, incluso ante el Cabildo, donde la mayoría Morena avala toda la corrupción que surge en el Municipio y voltea para otro lado y dejan siempre en claro que no representan a los juarenses. En cualquier tema que choque con la corrupción e ineptitud, aplican la política del avestruz. Si no, ahí está el destape del drenaje en Comercio, las extorsiones a pueblos originarios; las decenas de asesinatos de mujeres de los que la regidora Paty Mendoza no se ha enterado y menos las activistas que viven ya de la migaja municipal; la pavimentación de las guías podotáctiles que no ha visto el profe Jorge Bueno o la regidora Escalante; hay que agregar la quema de árboles en El Chamizal. Hay muchos ejemplos y la lista de asuntos que competen al Cabildo en favor de la ciudadanía es larga y no atendida. Como dice el Sapo de Desarrollo Urbano, ¡no sean ingenuos!



