
Con el hallazgo de medio centenar de cadáveres en narcofosas, la mayoría despedazados, en Ascensión y Casas Grandes, municipios ubicados en el Noroeste, la narcopolítica vuelve a asomarse por el estado de Chihuahua.
El caso es complicado, empezando por identificar a las víctimas, pero el fiscal César Jauregui no va a batallar para dar con los nombres de los responsables y colgarse el mérito que corresponde a la misma Maña que se autodelata y no a las rigurosas investigaciones, que claro, no se hacen.
Es verdad, como dificultad el fiscal tiene en la Fiscalía una Quinta Columna que se lo podría impedir, pero sólo tendrá que seguir el hilo de la política y pedirle información a los mismos alcaldes y exalcaldes de Casas Grandes, Nuevo Casas Grandes, Janos y Ascensión quienes por años han tenido mandos policiacos ligados al crimen organizado, incluso son mandos de organizaciones delictivas, todas afines al viejo cartel de Juárez, llámese Línea, Nuevo Cártel de Juárez, Linces o Lobos que son quienes mandan en verdad en el Noroeste.
En pueblo chico infierno grande, todo mundo lo sabe por aquellas tierras y para quien no lo sepa, en la tradición militar un Quinta Columna es un regimiento que simpatiza con el enemigo y hasta forma para de sus filas.
La Fiscalía no se escapa detener una Quinta Columna. De ahí emergieron algunos como Roberto González el 32, preso por la masacre de LeBaron tras su arresto en la comunidad alfarera de Juan Mata Ortiz, a unos kilómetros de dónde se encontraron las narcofosas.
El 32 también conocido como El Mudo, dicen que también tenían su mando a los municipales a los que Gil Loya les llevó camisolas nuevas y planchaditas está semana. Quizás el jefe de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal no los conoce, pero sus agentes sí, en más de una ocasión los confundieron con costales de box y el mismo alcalde Roberto Lucero exigía todavía en diciembre la salida de la estatal, según él por abusos contra ciudadanos.
Pero si Jauregui quiere más datos, ya tiene presas a la exalcaldesa Cynthia Ceballos y su ex secretaria Silvia Hernández, peces más gordos. Por allá dicen que el mismo cártel le permitió al fiscal Abelardo Valenzuela detenerlas en el 2023. Será. La Maña no las protegió más y sus cabezas ya habían sido ofrecidas como ofrenda de paz para restaurar la Policía Municipal en ese municipio. Hay testimonios de eso.
En la memoria está que a la llegada de Cynthia a la alcaldía en el 2021, designó de jefe de la Policía a Ricardo González Toala, alias El Chicharroncito, hoy probable testigo protegido de los gringos. Con él llegó a tomar la plaza David Enrique alias el 22, gatillero que mandaba desde las filas de Tránsito Municipal y Seguridad Pública hasta su desmantelamiento en marzo del 2023. Desde ahí y en las mismas oficinas de la autoridad vial se cometieron muchas atrocidades como el asesinato de Marvin, un estudiante de enfermería cuyo caso derivó en el nombramiento del fiscal de Distrito Noroeste Alejandro Vargas, pero no lo ha resuelto.
Al desmantelamiento de la municipal, otro jefe del cartel, Ariel el Guerito, desplazó al 22 y con ellos cayó el escudo protector de Ceballos y Hernández. El Guerito fue más allá, hizo correr a Silvia Hernández y recuperó en un operativo realizado un día en la madrugada, tres propiedades que Ceballos y Hernández habían despojado a la viuda de un ex jefe de la Policía llanado Yuriel González, asesinado en el 2021 tras anunciar su intención de ser candidato a la alcaldía de Nuevo Casas Grandes. Hernández le argumentó a la viuda que eran del cartel y si más, se metió a vivir en una de las casas, en otra Cynthia y la tercera fue ocupada por la presidenta del DIF, madre de la exalcaldesa. Eso cuentan.
Parece novela de Netflix, pero hay cobertura suficiente en medios locales donde las crónicas consignan la llegada de Yuriel a dirigir el PRI apoyado por Omar Bazán y después a buscar la candidatura a la alcaldía hasta que fue asesinado sin lograrlo.
Si Jauregui busca información suficiente la tendrá sin duda, lo que no tendrá son suficientes agentes para detener a cientos de sicarios que dominan el noroeste, desde Palomas hasta Madera. El principal obstáculo es precisamente la Quinta Columna que tiene en todas las áreas de la Fiscalía por aquellos rumbos del Noroeste que alguna vez fueron territorios de los Piña Valenzuela, uno de ellos el Guarache de Oro, patrón de Gilberto Ontiveros Lucero, El Greñas. Sin duda el fiscal tendrá que apurarse porque ahí viene Trump y sus drones.