
Lázaro Flores, aquel empresario al que alguna vez un narco de nombre Luis Carlos Vázquez Barragán, el 20, uno de los actuales líderes del Cártel de Juárez, le asesinó a sus escoltas en el Centro Recreativo Las Anitas por motivos aún no claros, mantiene todavía su pelea con la familia Bermúdez a quienes intenta despojar de terrenos que por décadas han sido de ese clan en la zona de Waterfill.
De origen humilde, era repartidor de impresos de El Norte y luego de El Diario. Hizo una fortuna misteriosa y ahora es un flamante empresario, dueño del emporio que apareció hace un par de décadas que ha crecido e incluso en predios que Los Bermúdez reclaman como propios y dónde ellos han estado presentes desde antes que Lázaro vendiera periódicos en los cruceros.
El error de Bermúdez, quizás fue no regularizar las propiedades que fueron alguna vez ejidales y la oportunidad la tomó Lázaro quien se apropió de ellos de alguna forma, eso dicen.
La pelea por los terrenos, igual a las que se generan en todas las familias en Navidad, ha generado enfrentamientos violentos donde ninguna autoridad ha podido mediar, más que para proteger a Lázaro. Famoso fue el despliegue de la Policía Municipal para impedir que Bermúdez recuperara lo que consideran es de ellos y ahora nuevamente con la intervención de Fiscalía, intentan detener a integrantes de los Bermúdez, quizás del fiscal de la zona Norte, Carlos Manuel Salas, el más inútil que no está capacitado en el sistema penal acusatorio, y lo mismo su trabajo mal hecho, hace que liberen a acusados de matar a un periodista que a un comandante que asesinó por la espalda a un enfermero allá por la Melchor Ocampo.
En información filtrada a medios, quizás por el mismo Lázaro, señalan que hay órdenes de aprehensión en contra de Sergio, Jorge, Carlos Bermúdez. Quién sabe si será cierto, pero ya fluyen los datos en los que dicen que son requeridos precisamente para responsabilizarlos de aquel enfrentamiento cuando intentaban recuperar el predio en disputa. ¡Así las cosas!