
De mucho interés para la Fiscalía Anticorrupción y la Auditoría Superior del Estado debieran ser los funcionarios que ayer recibieron nombramientos como titulares de las direcciones de Seguridad Vial y Regulación Comercial por parte del alcalde Cruz Pérez Cuéllar, que no pasan desapercibidos, aunque muchos, incluyendo el PAN —que ya llama la atención—, volteen para otro lado y se hagan de la vista gorda.
El primero de los enroques fue el de Jesús Manuel García Reyes, un hombre que estaba a cargo de la dirección de Centros Comunitarios y fue enviado a la Coordinación de Seguridad Vial en sustitución del profe César Tapia, que fue nombrado Director de Servicios Públicos Municipales, un área donde nomás no podrá morder a nadie. De esta última dependencia, el Licenciado Arturo Rivera fue desafanado y renunciado por el mismo alcalde bajo el argumento de motivos personales que después se tuvieron que tragar para designarlo subdirector de Vialidad. En tanto, en Regulación Comercial se designó a Oscar Guevara Ramírez, acusado de corrupción por los pueblos originarios, a quienes les cobra sobreprecios en los permisos para comercio informal. Quizás Cruz pasó por alto que la atención a este grupo es la prioridad del gobierno de Claudia Sheinbaum, o quizás nomás se fijó en la polla que representa el ambulantaje.
En el caso de Jesús Manuel García, es un funcionario emanado de la administración del exgobernador César Duarte, donde fue director de Transporte en Juárez en tiempos donde Jaime Enriquez, el padre de la presidenta del DIF, era director de Vialidad del Estado y enfrentaba acusaciones bochornosas por la violación a una de sus hijas. Obviamente las superó, ya que es visto muy a menudo en Ciudad Juárez en oficinas de gobierno y muchos apuestan a que se le verá más seguido arreando la polla de Seguridad Vial.
En Centros Comunitarios, García se la llevó de bajo el perfil con la prensa, o logró controlar su exposición mediática después de aquella transa con las pruebas COVID en la que el Gobierno Municipal desvió 15 millones de pesos del programa Cruzada por la Nutrición para la compra con sobreprecio y hasta 3 veces más caras que en el mercado de 43 mil 103 pruebas rápidas de COVID-19, que se dejaron echar a perder. El bodrio siempre se lo adjudicaron a María Antonieta Mendoza, hay que decirlo, pero García las dejó echar a perder.
Sin embargo, Manuel García tiene cola que le pisen y, como Coordinador de Seguridad Vial, enfrenta probables conflictos de interés y está en duda si aplicará la Ley con el gremio de transportistas que Maru Campos y Chago de la Peña buscan meter en orden y que tengan unidades dignas para dar servicio a los juarenses.
El nuevo coordinador de Seguridad Vial tiene vínculos con la empresa Transportes Ceiba, en la que aparece de socio Adrián Gandara, director jurídico de Transporte cuando Manuel García era el titular. En la misma empresa es socio César González, la mano derecha de Matías Prieto, el líder de la Unión Nacional de Transportistas del Cambio (UNTRAC), quien puso en jaque a la Canaco en enero de este año por el intento de afiliar a 300 taxistas que finalmente lo harán con Iván Pérez y le apoyarán a controlar ese organismo.
El Grupo Ceiba es la misma empresa que le quedó mal a Maru Campos con la ruta pretroncal del JuárezBus que va por la avenida Gómez Morín en el arranque el año pasado, pero fue reconsiderada y actualmente da servicio. En ella se encuentra un hermano del nuevo coordinador de Seguridad Vial.
En concreto, los vínculos con el gremio transportista ponen en entredicho su función al frente de la dependencia vial. En veremos está si aplica multas a los ruteros que a diario se pasan de lanza y por el arco del triunfo el reglamento de Vialidad.