
La última encuesta del mes de enero de Massive Caller fue un balde de agua fría en pleno invierno para los crucistas. Se difundió el martes y pese a las bajas temperaturas, mantuvo ardiendo las discusiones políticas toda la semana.
Las reacciones fueron tantas que hasta el presidente del Pri, Alex Domínguez salió al paso para señalar que la elección no está segura para Morena y que ellos tienen a su gallo, Tony Meléndez, listo para dar la pelea.
Sin embargo, la polvadera más grande fue en la presidencia. Andrea Chávez se mantiene a la cabeza con 19 puntos de ventaja sobre el alcalde de Juaritos. Salió con 40.1 puntos, mientras que Cruz Pérez Cuéllar bajo a 21.5 y Loera 18.9 puntos. En estos últimos dos hay un empate técnico si se considera el margen de error.
Es una encuesta que retrata el momento, pero no hubo pasillo ni chat político en los que no se comentará que la final en el 2027 será jugada por la senadora Andrea Chávez y Marco Bonilla del Pan.
Por su puesto, los crucistas de chaleco verde y guinda, incluyendo sus defensores de oficio, no se quedaron cruzados de brazos. Sacaron sus otros datos y parecían burras al trigo tratando de minimizar y desmentir los números. No entienden que el resultado es la fotografía del momento y que la encuesta muestra que la gente rechaza a Cruz Pérez Cuéllar pese a las carretadas de dinero que le mete a su campaña anticipada.
Su error más reciente fue pagar una enorme campaña de denostación en contra del senador Juan Carlos Loera en redes sociales, con páginas falsas, por el frenón al puente de la Vicente. En sus mismas publicaciones la gente salió a defender al legislador, incluso en la página oficial del alcalde.
A los crucistas no les quedó de otra más que agotar la pomada de vitacilina y visitar al proctólogo para curarse las quemaduras auto infligidas.